jueves, 3 de febrero de 2022

UN MERECIDO RECONOCIMIENTO A NUESTRAS PAREJAS

 

 Está claro que el pajaritero suele ser una persona que vive en un mundo, a veces, difícil de comprender, pues los muchos entresijos de nuestra modalidad de caza hacen que se llegue a tal punto, en momentos claves, que nuestra forma de ser y actuar, excepto en casos muy puntuales, cambia como de la noche a la mañana e, incluso, en ocasiones, nos ponemos insoportables. Debido a ello, quien nos acompaña debe tener mucha mano izquierda y bastante templanza para que la relación no salte por los aires. De hecho, aparte de la temporada de caza del reclamo de perdiz, el cuquillero de verdad pone al servicio de sus pájaros de jaula parte de su vida y les presta una atención tan minuciosa y sistemática que, a menudo, deja un poco de lado algunas obligaciones tanto del hogar como de la familia.

De esta manera, quien comparta vida con un aficionado cazador de reclamo, mucho tiene que quererlo para aceptar todo el entramado que se monta alrededor de esta ancestral y señorial modalidad cinegética. Consiguientemente, si somos como debemos ser, no nos queda otra que el dejar bien claro que nuestras mujeres se merecen todos los aplausos del mundo por su abnegada complacencia.

En mi caso, mi mujer María José, aunque no es muy de la caza en general, sabe que mis reclamos y todo lo que los rodea forman parte de mi vida y, desde siempre, aunque con algún refunfuño -con todos los motivos del mundo-, ha aceptado lo mucho que fastidiamos con nuestra tarea perdigonera diaria. Es más, aparte de ayudarme en un sinfín de situaciones y quehaceres del día a día con los machos de jaula, en mis horas bajas siempre ha estado a mi lado dándome ánimo y apoyo.

Por todo ello, quiero que mis últimas líneas en este blog, antes de la despedida final, sirvan para darle públicamente las gracias de corazón a quien comparte vida conmigo por su sacrificado proceder y ayuda desinteresada -circunstancia que ya plasmé en mi libro Con la jaula a cuestas-, pues sin ello, difícilmente seguiría, cuando los setenta años los toco con la punta de los dedos, saliendo al campo a poner en práctica esta noble y tradicional forma de entender la caza de la perdiz roja española. Es más, este blog ya lo hubiera dejado hace tiempo, pues sin su apoyo en todos los aspectos, me surgiría una cuesta arriba difícil de superar. De esta manera, y valga la repetición, mi agradecimiento más sincero a una gran mujer y una formidable esposa que siempre ha estado a mi lado y me ha permitido los muchos desvaríos que he cometido debido a mi gran afición por la caza del reclamo. Gratitud que hago extensible a todas las parejas de los muchos cuquilleros españoles, pues todas ellas son  mujeres del "quince".

Ni que decir tiene que todo lo expuesto anteriormente puede hacerse extensible a cualquier tipo de pareja, bien cuando se trata de una cuquillera y su relación con  su cónyuge  y, como no, a parejas del mismo sexo.

 

6 comentarios:

  1. Mi mujer la gran paciente. Y tengo que agradecerle que fuera ella en una feria de la caza en Badajoz eligiera el pajaro de mi vida. Al gran Feriante. Ella lo eligió mientras yo miraba otras cosas. Le pusimos Feriante por que fue adquirido en una feria. También agradecerle que los reyes del año pasado me trajera una paralela 410. Pues bien,viva la caza del perdigon y vivan las mujeres de los perdigoneros.

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  2. Mejor no podías haber explicado el quehacer y el aguante, de la mujer de un cuquillero.

    Yo solo decir que también le debo mucho a mi mujer y a mis hijas,poque son las primeras que me ayudan con los reclamos en los cambios de la jaula al terrero y viceversa, en los recortes…

    También son las primeras que me incitan a que salga con mis reclamos a otros cotos de fuera.

    Ellas son sabedoras de lo mucho que significa la caza del reclamo para mi.


    Desde aquí les agradezco a mis tres mujeres, y como no a todas las que aguantan y apoyan a sus compañeros cuquilleros.

    Valla para ellas👏👏👏👏👏👏

    Un saludo. Diego Rama

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  3. Y haberlas haylas que están esperando el momento de compartir puesto y disfrutar, emocionarse o padecer, según se den los lances.

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  4. B dias. El comentario anterior corresponde a José I. Pérez. Wue olvidó ponerle el nombre.

    Saludos

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  5. Una vez más, doy las gracias a los que han participado con sus comentarios este artículo que, como me decía un amigo, posiblemente sea haya quedado corto a la hora de las felicitaciones, pues éstas se podrían haber hecho extensible a otras muchas personas y muchas cosas más, pero yo sí quería hacerlo puntualmente a quien comparte vida conmigo, pues creo que también se lo merece de sobra. De hecho, como digo en el artículo, ya en mi libro CON LA JAULA A CUESTAS, publicado hace ya algunos años, ya plasmo tal circunstancia.

    Saludos.

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  6. Jose Antonio esto y mas efectivamente te has quedado corto,creo que tenemos que hacer muchos meritos para agradecerles lo que aguantan con nosotros,un homenaje para ellas y un fuerte abrazo para estas sufridoras.Desde Mallorca un saludo a todos de vuestro amigo Tomeu y recordarte que tenemos algo pendiente.

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