Estos días atrás, hablando con dos cuquillero de los que
ya peinan bastantes canas y que “han toreado en muchas plazas”, Raimundo
Alaminos y Pepe Egea, sobre lo
que se supone debe ser un precio normal para cazar el reclamo, los tres coincidimos en que, desgraciadamente, esta actividad cinegética y afición
nuestra, no es, ni mucho menos, un “gustito” barato y, si pretendemos que lo sea,
lo único que conseguimos son verdaderos sofocones. Es algo así, como si
queremos pagar puertas de caza mayor, a 100 ó 150 € y esperar abatir grandes
“aparatos”. Un día puede sonar la flauta, pero lo normal es berrinche tras
berrinche.
Obviamente,
siempre habrá aficionados que, por una serie de circunstancias: finca propia,
invitaciones e, incluso suerte en el arrendamiento de un determinad coto,
pueden presumir de que la caza de la perdiz con reclamo no es cara. Pero, al
Currito de turno, al que da cuarenta mil vueltas para dar con algo que le
merezca la pena, o se gasta los hierros, o más pronto que tarde, lo único que
hará es lamentarse o de tirar a la basura 300, 400 ó 500 €, ya que hoy día ni
con “ganao” de granja sale el tema barato. No sólo por el pago para poder
cazar, sino por los traslados, comida, copas… En una palabra, o ponemos dinero
encima de la mesa, o los enfados serán cosa cotidiana.
Como
todos/as sabemos, los que de bolsillo no andamos muy lustrosos que, a día de
hoy, desgraciadamente, somos muchos, lo que solemos hacer es buscarnos uno,
dos, incluso tres cotillos de poca monta para colgar toda la temporada. De esta
forma, al final nos hemos gastado un buen dinero y los resultados son para
echarse a llorar, no de tirar más o menos patirrojas, sino de satisfacciones
por presenciar y participar en buenos lances. Por consiguiente, el que suscribe
opina que es mucho mejor buscar una buena finca, si se encuentra, y no andar
dando jaulazos a diestro y siniestro.
En
resumidas cuentas, o nos gastamos los dineros –que la gran mayoría de veces no
tenemos- en un buen coto o siempre andaremos igual: quejándonos de lo mal que
se está poniendo nuestra afición, cosa esta última que nadie la niega.
Se
podrán poner mil y una excusas y la principal será dónde está esa finca que
pueda ofrecernos satisfacciones, pero…, lo que sí está claro es que o lo
intentamos o… Ojo, que el gastarse el dinero, tampoco nos asegura grandes jornadas de reclamo.
Pd. No se nos olvide nunca que, antes de coto, lo primero
que hay que tener es algo de “material de orquesta”, si no, aun peor.