Precioso amanecer en el nuevo coto. |
Esta temporada, aparte de la Dehesa de Enmedio, comparto plaza con un
compañero en la Finca El Mortiño/La Americana de
Alosno. Esta propiedad y otras linderas conforman un extenso coto, cuya principal finalidad cinegética son los ojeos. Ni
que decir tiene que en dichos terrenos se suelta mucha perdiz, pero también
tengo que decir que hay bastante que nace y se cría en los mismos. Tan es así que he
hecho puestos, como fue el del martes pasado, en donde a Chimenea le abatí, aparte de otras tres patirrojas, un macho
autóctono de esos que le gustan tirar a todos los aficionados, como se puede
comprobar en las imágenes siguientes. También es verdad que mucha perdiz, al ser de
repoblación, entra fácil y, a veces, sin celo en grupos de dos o tres. Pero ahí
está el del portátil para que, con su sapiencia, disparar solo a la que entre como Dios manda. Lo bueno
que tiene el ganado de la finca es que se soltó a finales de septiembre y, por
tanto, muchos ejemplares se han hecho al terreno y entran muy engallados y bastante bien a la
jaula.
Macho que le abatí a Chimenea el martes pasado. Un buen ejemplar
Ahora bien, no nos podemos engolosinar
con apretar el gatillo. Si nos pasamos con los tiros, situación que a veces
suele ocurrir, y en el repostero tenemos pollos, aunque en un principio estemos
muy felices por haberles hecho muy buenos puestos y volvemos a picar día tras
día, antes o después, el novel, y el que no lo sea tanto, nos la pegará. Y es así porque no se debe, ni
se puede por Ley, abusar en demasía de los tiros. Aunque no sea tarea fácil abstenerse de probar las “manjares” que se nos presentan. Tan es así que Chimenea, esta misma tarde, ha estado un poco fuerte con una hembra al no entrarle en un principio y darle la lata por los alrededores, después de abatirle una pareja. Una poca de tierra y unos revuelos no le vendrán mal.
De esta manera, si acostumbramos a nuestros reclamos a matarle mucho "personal" fácil, cuando las patirrojas se
atranquen, principalmente las hembras, y no entren de momento, nuestro “figura” con muchos tiros días antes, le faltarán los recursos necesarios por haberlo acostumbrado a lo cómodo y, como resultado, rápidamente
demostrará su falta de talento y el alambreo, levantamiento de patita, botes,
pechugasos a la jaula… aparecerán para el disgusto y enfado de su dueño que
creía haber dado con el mirlo blanco. Circunstancia que no es que me haya dado cuenta yo, sino
que todo aficionado lo sabe. Por el contrario, la parte buena es que
rápidamente descubrimos nuestros pájaros que no valen un duro, al tener camperas cerca en la mayoría de las ocasiones. En estos casos, al que no cumpla ya le
podemos ir abriendo la puerta, ya que es difícil que un aspirante a jaula que no demuestre nada en varios puestos, excepto en raras ocasiones, cambie al año siguiente. Puesto que, muchas veces, cuando hay poco
campo y no tenemos la suerte de tropezar
con él, guardamos pájaros de un año para otro por no poder comprobar su pobre
nivel como futuro reclamo. De hecho, ya le dado largas a más de uno por no
ofrecer el mínimo exigido para seguir en mi jaulero porque estoy cansado de que, año tras año, se vuelva a repetir la misma situación. El mochuelo sigue siendo mochuelo al año siguiente por muy buena pinta que tenga.
Por último, volviendo a lo ocurrido en la semana,
tengo que decir que, además de Chimenea; el Alpujarreño, D. Benito y Ribera
siguen en una buena línea y dos pollos empiezan a pintar bastante bien y
también les he tirado. Por tanto, en esta segunda semana me he vuelto a divertir de lo
lindo y, máxime, cuando con los nuevos compañeros de coto es fácil pasarlo bien, puesto que
no escatiman lo más mínimo hacia mi persona y hacia quien me acompaña. Por tanto, mi máximo agradecimiento para todos ellos.
Dos imágenes de la semana. En la primera se ve a Chimenea con cuatro perdices al lado del farolillo y en la segunda D. Benito y sus trofeos.
Me alegró muchísimo José Anton9ique te lo estés pasado tan bien,yo en esta primera semana he tirado cuatro machos y dos hembras con muchísimo trabajo de mis jaulas. En la finca donde estoy son puros y muy duros para entrar,ahora bien,una vez que entran y estan debajo son toros de miura. Un saludo
ResponderEliminarComo ya comenté anteriormente, el día que desaparezcan las granjas, desaparecerá esta bella modalidad además de los inconvenientes no olvidemos la postura de Bruselas...
ResponderEliminarAl amigo Benja, aparte de darle las gracias, le diré que este año, al menos por aquí, en general las perdices están malas de entrar en la jaula, tanto los de repoblación -soltadas a finales de septiembre- como las autóctonas. Vienen hasta el colgadero, pero entrar al reclamo es complicado. Aun así, no me puedo quejar de muchos de los puestos que he dado.
ResponderEliminarEn cuanto a Juan Luis, le diré que, aunque seamos los culpables por nuestra mala actuación sobre la naturaleza, si no fuera por las repoblaciones habría muchos sitios en donde los aficionados no podrían practicar lo que más le gusta, ya que como muy bien sabe, hay bastantes rincones de Andalucía en donde nuestra Alectoris rufa ha desaparecido por completo. Lo que pasa que hay sueltas y sueltas y de ello depende mucho la calidad de los lances. No es lo mismo una perdiz de granja soltada dos días antes de dar un puesto que una perdiz soltada tres meses antes. Lo digo por experiencia, puesto que he “toreado” en muchas plazas.
Saludos.