sábado, 6 de enero de 2024

SENSACIONES PERDIGONERAS

Con este artículo de opinión, sobre nuestra modalidad cinegética, de D. Vicente Murillo, un consumado pajaritero cacereño, que ya la edad le ha apartado de la practica de la caza de la perdiz con reclamo, empezamos  la colaboraciones con este blog.

Este escrito es de mil novecientos ochenta y siete y como creo que todo lo que rodea a nuestra afición nunca pasa de moda -sino todo lo contrario-, aquí lo comparto, porque, bajo mi punto de vista, merece la pena echarle un vistazo.

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En el sitio del aguardo y en su silencio, en donde todavía es posible contemplar la libertad sorprendida, la vida sin miedo de los habitantes del campo, el amor, el deseo, el combate y la muerte.

El perdigonero ya tiene bastante con contemplar en plena libertad a una de las más bellas aves de la creación, integrándose en esa Naturaleza que le apasiona y que como hombre jamás puede disfrutar, pues se le escapa de las  manos, al huir toda clase de animales ante su presencia.

El perdigonero se convierte en asombrado espectador  de un hermoso ballet inspirado por música maravillosa en el que todos los personajes son protagonistas y, que para su dolor, ha de concluir como la vida misma, con la muerte.

¿Y qué es la caza, sino la muerte de la pieza perseguida y acosada? Pero la muerte solo alcanza protagonismo negativo cuando de la caza de la perdiz con reclamo se trata.

Y, desde luego, resulta más bello -si es que existe belleza en la muerte- morir sorprendido en lance de amor que con el terror en los ojos y pálpito en el corazón, por la proximidad del hombre o del perro.

¡...Que no se nos discuta un lugar al sol, donde poder colgar cada año, junto al pájaro, los sueños que alimentaron toda una temporada...!

                                           Vicente Murillo Bernáldez

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