Aunque
ya vayan “tropecientas”, como es mi caso y de otros muchos aficionados
cuquilleros, cuando casi se toca con la punta de los dedos la temporada
venidera de la caza de la perdiz con reclamo, el pajaritero de corazón, el que
ama profundamente esta modalidad cinegética hasta el punto de que tan ancestral
manera de cazar la perdiz roja española, forme parte de su propia vida, aunque
ya haya pasado muchas hojas del almanaque, se apodera de él una vitalidad tal
que, aunque haya achaques y muchas goteras, parece que la maravillosa juventud
vuelve a hacerse patente en su cuerpo, es decir, renace como el ave Fénix de
sus propia cenizas.
Por
supuesto, yo, que ya cumplo mis añitos en esto de con la jaula a cuestas, puedo
certificar que lo expuesto anteriormente es una aseveración irrefutable, pues
la caza de la perdiz con reclamo es un auténtico bálsamo o elixir para los ya estamos
entrados en años, aun sabiendo que, el que más y el que menos, has pasado por
un montón de contratiempos de salud, incluso, en muchos casos, llegando a verle
”las orejas al lobo”. Sí, el perdigonero está hecho de una madera especial, tan
especial que, aunque su salud esté resquebrajada, trata de ocultar sus males o
dolencias para que nadie, ni él mismo, le pueda prohibir, ni siquiera intentarlo, que salga
al campo con su reclamos, aun siendo una época del año en donde las condiciones
climatológicas son bastantes adversas y muy dañinas para la salud que quien ya
no es un niño.
No
hace falta decir que lo único que nos preocupa es el saber si Fulanito,
Menganito, Zutanito, nuestros reclamos de garantía y otros con buen futuro
estén en condiciones para afrontar una nueva temporada cuando, sabemos de más,
que ya, por nuestra edad, no quedan muchas porque el tiempo, desgraciadamente,
nunca se detiene y es inexorable con todos.
Lo
demás, bártulos/trebejos, complementos y fincas no nos preocupan, pues el pajaritero
hace tiempo que ya lo tiene todo en orden y solucionado. Solo nuestros reclamos
y, por supuesto, la salud que es lo que siempre nos tiene en vilo.
Por
todo ello, en este último día del año, recibe mis máximos deseos de buena SALUD
y de que los reclamos, llegados el momento, aunque ya haya quien ha comenzado,
den la talla.
FELIZ 2025 Y BUENA TEMPORADA
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