martes, 3 de diciembre de 2024

LOS UTENSILIOS DE CORTE PARA EL PUESTO


Aunque ya se hayan tratado en el blog con anterioridad algunos puntos de la entrada, ahora, dedico este artículo, única y exclusivamente, al tema que nos trae:  con qué y cómo cortar la vegetación o ramaje necesario para levantar/remendar/arreglar el repostero o/y el aguardo, sean estos del tipo que sean.


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Diferentes aperos que he utilizado para tareas de corte en el colgadero

No hace falta decir que ir al colgadero sin ningún utensilio o herramienta de corte -y lo digo por experiencia-, a no ser que todo esté arreglado de poco antes o se vaya a donde se haya producido corta o podas de olivos reciente u otra arboleda, a veces, puede resultar un verdadero quebradero de cabeza, pues no olvidemos que, aunque el aguardo levantado con vegetación del lugar ha quedado casi en desuso, la gran mayoría de las veces hay que camuflar el portátil y levantar o arreglar el pulpitillo y, como sabemos, tales labores requieren un determinado instrumento que nos ayude a dicho cometido. Es más, aunque en un determinado paraje, aguardo y tanto o pulpitillo sean tradicionalmente de piedra, siempre es necesario algo de vegetación para taponar agujeros, camuflar al reclamo, cubrir el empedrado del puesto para que no se suban las perdices al mismo o nos vean al acercarse al reclamo… Por tanto, aunque las manos pueden servir para tales tareas, una ayuda para las mismas, nunca viene mal y con ello evitar pinchazos, arañazos o heridas varias. Y, por supuesto, el corte de una herramienta siempre produce menos lesiones en el ejemplar arbóreo o arbustivo al que vayamos a “mutilar”, porque es obvio que es mejor un corte limpio de cualquier utensilio, que el que realizamos manualmente, con o sin guantes.

Al mismo tiempo, quiero dejar constancia que no podemos olvidar que a la hora de cortar ramaje o arrancar matas de una determinada zona, con o sin herramientas, hay que andar con cuidado, según los diferentes hábitats, puesto que puede existir vegetación protegida y porque, cuando cortemos ramas, hay que saber muy bien qué se corta, para evitar daños en la arboleda del lugar. De hecho, no sería la primera vez que, por el ansia de tapar mucho y rápido, nos cargamos olivos, chaparras, castaños, acebuches, algarrobos, algún frutal…, o, lo que es peor,  ejemplares silvestres protegidos.

Y ya dentro del tema del artículo, los utensilios de corte, tenemos que abordar dos cuestiones. La primera es que estos pueden variar mucho según la zona, pues no se puede olvidar que la vegetación cambia bastante de un lugar a otro y, como consecuencia, el instrumento a utilizar. La segunda sería que casi todo el herramentaje ha sufrido una gran transformación con el paso de los años, pues bártulos que se empleaban hace sus buenos años, hoy han caído en desuso por la aparición de otros útiles más adecuados o, al menos, es lo que se dice. Por supuesto, esto no quita que muchos pajariteros, muy apegados a lo tradicional, siguen utilizando, para los menesteres del tema que expongo, herramientas que ya usaron sus mayores, pues suponen para ellos, un verdadero legado cuquillero. En esta línea, huelga decir que las enseres antiguos de marcas conocidas: Bellota, Babco, Herco, Sigma, Teodomiro…, y las que fabricaban los herreros lugareños, pues siempre salían mejor de precio y al gusto de la zona, incluso al gusto personal, estaban fabricadas, al contrario de las de hoy, para durar mucho y, además, en buen estado. Todas tenían un excelente proceso de elaboración y los materiales empleados para ello eran de muy primerísima calidad.

Y metido en la variedad de utensilios que siempre se han usado para cortar el ramaje/maleza necesario para levantar o arreglar los reposteros y fabricar o tapar los aguardos, creo sin lugar a equivocarme que el hacha/hachuela o destral, ocupa una posición destacada para tal fin, principalmente, un tipo pequeño y manejable, pues lo que se suele cortar en los colgaderos, no es de excesivo porte y grosor, incluso algunas poseían en el lado opuesto de la cuchilla un pequeño martillo. Y sobre todas ellas, aparte de las que siempre se han comprado en las ferreterías o tiendas del ramo, debo decir que, en Andalucía, la población cordobesa de Posadas ha sido famosa en la fabricación artesanal de las mismas y para tareas diversas.

Ahora bien, si el hacha ha sido un utensilio de lo más empleado a la hora de cortar ramaje, broza o leña para el puesto, no podemos olvidar que, otros muchos, también han formado parte de los pertrechos pajariteros, siempre refiriéndome a Andalucía y, dentro de ella, a los más conocidos, pues no hace falta decir que hay y habrá caprichitos raros que utilizan muchos aficionados, según la idiosincrasia personal,

Y al hilo del párrafo anterior, no podemos olvidar en primer lugar a la tradicional cimbarra, calabozo o corvillo, un tipo de hachuela más o menos redondeada con un saliente o nariz en el extremo de la cuchilla, para con ello, evitar mellarla al dar en el suelo y que se utilizado, cada día menos, para chuponar olivos, frutales y algún que otro arbusto autóctono. También, desde siempre, se ha empleado la tijera de podar, tanto normal como las modernas telescópicas. Además, en muchos lugares, se han usado los machetes o machetones, una especie de catana, pero más fuerte y resistente. Por último, entre las que conozco, se puede hablar de los serruchos, que podemos encontrarlos de varios portes, incluyendo unos relativamente modernos, tipo navajas que, dicho sea de paso, van muy bien, si son de calidad.

Para finalizar, en lo que a mí se refiere y sin que ello sea lo ideal, ni mucho menos, aparte de cortar, tronchar o arrancar de broza de forma manual y sin guantes, porque nunca los he utilizado, puedo decir que, en un principio, por tradición familiar utilizaba la cimbarra o calabozo, de las que conservo dos ejemplares en buenísimo estado, pero que uso poco en la actualidad. Luego, con el paso del tiempo, buscando la comodidad y menor esfuerzo, empecé a emplear la tijera de podar de dos manos o telescópica, herramienta que sigo empleando en la actualidad porque, aparte de cortar ramaje de cierta consistencia, puedo eliminar alguna matilla de la plaza a ras de suelo, sin dejar rastro y sin tener que agacharme en demasía, todo sea dicho, pues las “goteras”, no perdonan. También, apuntar que, muy puntualmente, he usado un hacha portuguesa muy recortadita, regalo de un buen amigo hace ya sus años y que siempre llevo en el maletero en el coche para cualquier imprevisto que pueda surgir. Igualmente, decir que, alguna que otra vez, me he valido del serrucho, del tipo navaja, pero no me convence porque, aunque es muy bueno para algunas cosas, para mi entender, no es válido para otras. Y pienso, que la herramienta que usemos para el puesto, debe ser  multifuncional, que corte lo mucho y lo poco.

Como punto final decir que, cuando cazo el reclamo en la zona de Las Alpujarras granadinas, con puestos y tantos de piedras, suelo utilizar un pequeño escardillo o azada para arrancar a ras del suelo las bolinas y los lactones, arbustos muy abundantes en la zona y difíciles de cortar con otras herramientas y que estorban en la línea de tiro o los necesito para taponar huecos o cubrir el borde superior del aguardo para que, como bien sabemos, no se suban allí las patirrrojas antes de entrar al reclamo.

Supongo, que por otros lugares y por gustos personales, se utilizarán otros achacales o aperos para cortar ramaje, pero es obvio que de lo que no conozco, o poco sé de ellos, poco puedo hablar.

Y, como siempre, “Doctores tiene la Iglesia”. Yo…, por mi parte, ya he dado mi "homilía".

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