Parecía que, a mitad de la actual
temporada de reclamo, las cosas tomaban un buen rumbo, pero nunca más lejos de
la realidad. Era un auténtico espejismo, puesto que, en pocos días, al subir las
temperaturas, todo cayó por su propio peso a peor, por ser un poco benévolo a
la hora de decirlo.
De esta manera, las patirrojas, tanto
autóctonas como de repoblación, se
fueron poniendo imposibles. Cantaban poco y de arrimarse al reclamo, nada de
nada. Es incontestable que la falta de lluvias empezó a sentirse a base de bien.
Las camperas tomaban tierra y ya no querían saber nada del reclamo, excepto, de
vez en cuando, que alguna hembra solitaria o viuda se acercaba por las inmediaciones del
puesto y, si había “material” en la jaula, terminaba entrando. Culadas tras
culada ha sido lo normal. Por consiguiente, más de uno, entre los que me
encuentro, decidimos decir hasta aquí llegó el tema. De hecho, en la última quincena, solo he ido a dar el puesto dos días y medio, situación impensable cuando
empezó el periodo hábil de caza con reclamo. Una auténtica pena debido a la
ilusión con la que se empieza. Pero cuando la cosa no va, forzarla es una
verdadera tontería.
Y si, con los condicionantes anteriores, la situación estaba mala ya de por
sí, en los tres últimos días, para acabar con el cuadro, se viene encima el
temporal actual de viento y agua. Muy bueno para el reseco campo, pero fatal para las perdices en estas fechas.
En fin, una temporada más que, como casi
siempre, ha sido mala, de las peores que he conocido. La falta de lluvias
otoñales e invernales han hecho que el campo presentara un aspecto desolador. La mayoría de los sembrados bajo mínimos -incluso sin nacer-, pantanos y regajos secos, poquísima hierba,
pasto del año anterior sin pudrir y polvo por todos lados. Es decir, un verdadero
caos para el paisaje rural y, como resultado de ello, para nuestras patirrojas
camperas.
Pero bueno, mirando el lado positivo, porque si no apaga y vámonos, la temporada ha servido, como siempre,
para compartir opiniones y vivencias con los amigos y compañeros, pues sin ello la caza en general no tendría sentido. Además, y
como suele ocurrir, siempre se da con algún nuevo reclamo que tiene buena pinta .
En este caso, puedo decir que han despuntado tres pollos de segunda: Pechín, Panderón y el Ronquillo. El primero criado en casa, el
segundo herido en caza al salto el año pasado y el tercero de granja. A los tres se le
ha tirado cacería y han demostrado recursos para meter a las camperas en plaza.
Si a esto se le une uno de tercer año, Salmerón,
que el año pasado no salió porque estuvo mudando y que ha hecho muy buenos puestos, huelga
decir que no todo ha sido malo.
En estas imágenes de diferentes puestos se puede ver a Pechín en primer lugar, a Panderón en segundo, al Ronquillo en el tercer lugar y a Salmerón en el último.
Ni que decir tiene que los que ya
marchaban en años anteriores han seguido en su línea, excepto D. Benito que lo he regalado porque se
vino abajo por problemas de asma. Han seguido el mismo camino Quinteño que no ha hecho nada y Repinto que se subía por las paredes al tener el campo cerca. Al igual que ellos, los cuatro pollos que encerré han causado baja.
Para terminar, solo decir que la
temporada se ha acabado para mí, pues no está el tiempo como para desplazarse por carretera.
Otros años me he movido a Granada o Toledo, pero este año es mejor quedarse en
casa.
A partir de ahora, como año tras año, queda reflexionar sobre lo que no se ha hecho bien y enfocar la nueva temporada que, como
se suele decir, aunque quede casi un año, comiennnnnnza yaaaaaaaa.
Esperemos que por lo menos estas aguas tan bien recibidas ayuden a que la primavera sea benévola y la cría sea buena, para que, por lo menos tengan unas polladas medio decentes.
ResponderEliminarA mi, si me ha ido mejor la "segunda" parte, pero mas allá del espejismo de ver que en la primera seguían en bandos, lo normal era que ese atraso diera resultado antes de la finalización de la temporada, como así me ha pasado.
Como dices, ilusiones renovadas!!! tal que este año me he liado la manta a la cabeza y con consentimiento de mi Sra. la nueva temporada será un coto D.M. de 42 días hábiles aunque me autogestione y no vaya la mayoría. Lo prefiero a tener 12 días fijos y a un sitio concreto como hasta ahora.
Un saludo.