Al hilo de los comentarios al post anterior, traigo al blog este artículo escrito el verano anterior y en donde doy mi opinión al respecto, pues entiendo que en nuestra afición no es fácil dar con ejemplares que den la talla, incluso con "mediascucharas". Por ello, una vez que llegan a nuestras manos dos o tres "cositas" que nos puedan dar el avío, no podemos arriesgarnos a contar solo con ellos. Un simple accidente de cualquier tipo -que ocurre con más frecuencia de la que debería- y la temporada se habrá fastidiado para el cuquillero de turno.
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En
lo referente al cuido de los animales en general y, en particular, en lo
relativo a nuestros pájaros de jaula, nunca podemos tenerlas todas consigo,
porque el día a día de cualquier ser vivo es impredecible. Debido a ello, pensar en el mañana, incluso
en el ahora para dentro de un rato es una verdadera lotería. Es decir, en
cuestión de días, horas o minutos pueden suceder verdaderas -por ser benévolo
en el término-, incidencias de todo tipo, aun estando encima de nuestros
“animales de compañía” las veinticuatro horas del día.
Pues
bien, hecha la introducción, tengo que decir que puedo sentirme afortunado en
la salud de mis reclamos, puesto que no he tenido la mala suerte de probar en
mis propias carnes muchas de las enfermedades y reveses que suelen aparecer en
nuestros pájaros perdices, dígase:
fracturas de todo tipo, infecciones, diarreas o colitis, insolaciones, muertes
súbitas en ejemplares jóvenes, muertes o descalabros por botadas en cajones o
jaulas, congestiones…. Algunas incidencias, como en toda casa de vecino, sí,
pero no en demasía. Aun así, tenemos que tener claro que, en esto de la caza de
la perdiz con reclamo, estamos en todo momento cogidos por alfileres y debido a ello,
aunque suene a cuestión sin base científica, siempre se mueren o tienen
desgracias los buenos, mientras que los mochuelos no hay quien los mate. Por
supuesto, hablando siempre de un exquisito cuido durante todo el año, lo que no
significa que ello sea indicativo de salvoconducto contra calamidades y
desgracias.
Por
tal motivo y en base a lo expuesto anteriormente, surge una pregunta que todos
nos podemos hacer:
- ¿Tenemos en nuestro jaulero cuatro o cinco
reclamos y nos arriesgamos a quedarnos “en cuadro” si ocurre, que puede suceder,
una desgracia tras otra o, por el contrario, nos cargamos de perdigones en
previsión de contratiempos?
No
es fácil responder a dicho dilema, pero creo y hay muchos aficionados que
piensan como yo. Es decir, tener cuatro o cinco reclamos, aunque haya quien
piense y argumente que es lo mejor, porque con ellos sobraría, es arriesgarnos
a que, en un momento determinado, lo pasemos mal y tengamos deprisa y corriendo
que buscar nueva “ganadería” y, con total seguridad, perder la temporada
venidera, incluso la actual.
Por
lo tanto, no se trata de fijar “números clausus” de integrantes de nuestro
jaulero, pero sí tener muy en mente que una adversidad puede aparecer en
cualquier momento, por lo que siempre hay que tener a mano una segunda división
que nos saque del atolladero. Eso sí, tener una granja en casa tampoco es
solución. El que la tenga pierde el tiempo y, paralelamente, el dinero.
También
habría que contar con las jornadas de caza que tendremos en la temporada, pues
no es lo mismo cazar solo fines de semana, porque se trabaja u otra
circunstancia, que salir al campo a diario, aunque por esta línea entraríamos
en la cantidad de pájaro de jaula que se deben tener y tal circunstancia es
otro tema. Y el que nos lleva es si tener cuatro o cinco ejemplares más de los
que debiéramos por si surgen contingencias, o reunir el equipo titular,
independientemente, de si éste cuenta con más o menos ejemplares según se den pocos o muchos puestos.
Lo que sí está claro es que, con lo puesto, en esto del reclamo, nunca se debe tirar para adelante, máxime si entre los inquilinos de nuestro jaulero se encuentra algún que otro abuelete. Por lo tanto, temporada tras temporada deberíamos ir incorporando dos o tres nuevos ejemplares por lo que pueda ocurrir, tras una exhaustiva selección, pues guardar por guardar no tiene sentido. El tener más o menos, incluso una granja, como ya expuse antes, ya es cuestión de cada uno, aunque no se olvide, y la experiencia me dice que es así, que no por tener más perdigones se consiguen mejores reclamos, sino todo lo contrario. Eso sí, si por circunstancias diversas nos cargamos de aspirantes a reclamos, opino que, aun pudiendo errar, al comenzar la temporada ya deberíamos tener claro lo que nos va a acompañar, pues, probaturas tras probaturas durante el periodo de veda, a lo único que nos conduce es a quitarle tiempo a quien tiene madera de reclamo para nuestro jaulero y sofocones para el que se mete en el aguardo.
Tener repuesto es algo complicado y quien lo tenga lo considero como algo " misterioso".
ResponderEliminarPorque si ya es difícil tener una o dos medianías, aún más difícil es almacenar "banderas" como si fuesen rosquillas.
Creo y así lo hago que:
Hay que tener cantera previamente para ir seleccionando e insisto previamente a -la hora de la verdad- Con lo cual quedarán en el banquillo pocos, alguno o ninguno y apechugar con los imprevistos que surjan.
Afortunadamente con la abundancia de granjas siempre tendremos un último recurso que será comprar a "la carta" por lo que resultará difícil quedarse a dos velas.
Pd. Para mi es incomprensible almacenar humo, ahora bien quien lo desee puede hacerlo si con ello es feliz y entretenido.
Pd2. En la selección de los animales domésticos hubo dos épocas una anterior al Neolítico y otra posterior, en la anterior se invocaba a los dioses o fuerzas de la naturaleza o a la brujería etc para conseguir algo. Pero fue a partir del Neolítico cuando el hombre comenzó a criar y SELECCIONAR los animales y las razas que han llegado hasta hoy y aunque en perdiz roja (canto) hemos avanzado poco espero que algún día se consiga algo. El que lo desee puede seguir anclado el el Paleolítico con sus perdices de jaula esperando algún milagro ya sea por brujería o por la conjunción de los planetas esperando que su mochuelo mejore y desperdiciando un tiempo precioso.
Continuará...
ResponderEliminarAl hilo del mismo, yo creo que el misterio se está en quien lleva dentro la madera de pajarete, no digo de pájaro puntero.
Aparte de esta premisa, en cuanto a los repuestos, aun seleccionando, pues siempre estará ahí la gran sorpresa -que no sería la primera vez-, opino que hay que tener lo que hoy es tan conocido como “fondo de armario”, pues nadie está exento de una muerte repentina, una algarabía nocturna, una fractura, un plomazo…. Por tanto y sin hablar de una segunda división, sí creo que no se puede andar con lo justo, pues nos guste o no, una plantilla sea de lo que sea, lo conforman lo necesario y algo más, sean como sean el más.
Y vuelvo a citar las palabras del Sr. Saúco del artículo anterior: el más o menos depende de cada aficionado, hablando, por supuesto, del comienzo de temporada. De mediados para arriba los números se reducen una enormidad, pues lo que en casa parecían diamantes en bruto, el tiempo se encarga de ponerlos en su sitio: mochuelos que nos engañaron en la pared.
Saludos.