Aunque en un principio
parezca que es una circunstancia que no tiene la mayor trascendencia, bajo mi
punto de vista es justamente lo contrario. Es decir, es de vital importancia
que, una vez llegado al colgadero, el pajaritero tenga bien claro si es
conveniente levantar primero el tanto o matojo o, por el contrario, proceder,
justamente, al contrario, situar en primer lugar el aguardo o tollo.
Aunque formas de actuar
las hay para todos los gustos, mi opinión sobre esta particularidad, que creo muy
importante y donde se empieza a cimentar el éxito o fracaso de un lance
cuquillero, es la siguiente:
Una vez en el paraje
escogido de una finca para dar el puesto, evidentemente una zona de querencia
para nuestra reina del monte, tras una atenta inspección al lugar exacto donde
pensamos colgar, deberíamos obrar atendiendo a lo que las patirrojas suelen hacer
habitualmente cuando se desplazan. En base a ello, debemos tener claro que, si
el cazadero forma parte de parajes de sierra y con su vegetación característica
-en campiña y olivar es otra cosa-, situar el repostero en un limpio y sin matorral
próximo es casi sinónimo de fracaso aunque, en ocasiones, esta opinión se va al
traste. Hay veces que se hace por no existir otro sitio donde atalayar al
reclamo, pero mientras se pueda, hay que desechar los lugares anteriormente
citados, como ya escribió D. Diego Pequeño en el capt. 11 de su obra De la caza de la perdiz con reclamo, publicada en 1903. Y debe ser así, porque, como bien sabemos, nuestra perdiz roja se
suele desplazar al amparo de la vegetación y siempre buscando el cobijo o abrigo de la
maleza para sus movimientos, puesto que, como ya se ha dicho, en lugares
descubiertos, no se siente segura y le cuesta mucho el desplazarse, siempre que hablemos de parajes de monte bajo.
Pues bien, con la premisa
anterior, fundamental para mi entender y nunca, como he dicho por activa y por
pasiva, palabra de rey, ni con ello descubro el oro, la situación del matojo, farolillo, pulpitillo,
repostero, arbolillo, hacho, maceta, pincho, postizo… en el lugar elegido como
tiradero no debería ser muy complicada. De esta manera y partiendo de la base
que éste debemos ubicarlo muy cercano a manchones de monte o, si es posible, en
el mismo borde de él, para que nuestras montaraces entren al reclamo con cierta
seguridad y presteza. Si no es así, se sentirán indecisas por no tener la protección de la
maleza o vegetación del lugar. Por ello, entiendo y creo que, en primer lugar,
debemos fijar la posición del tanto o tanganillo y, con posterioridad, ubicar
nuestros aguardo o puesto portátil, incluso en lugares con poco matorral. Hacerlo, al contrario, puede suponer que,
en ocasiones, no encontremos el sitio idóneo para colocar el farolillo. Bien
porque no haya más remedio que situarlo en un claro o, como también ocurre
muchas veces, a más o a menos distancia de lo que se debería.
De tal manera, si se
puede, que será la gran mayoría de las ocasiones, en primer lugar, deberíamos
buscar el enclave para ubicar nuestro arbolete y, en base al él, a continuación,
buscarle acomodo al aguardo. Eso sí, si dicha faena, como ocurre normalmente,
la llevamos a cabo momentos antes de dar el puesto, no debemos tocar
prácticamente nada entre el tanto y el tollo. Consiguientemente, cortar o arrancar matas de
la plaza es un verdadero error, puesto que, nuestras patirrojas salvajes, si es
que cazamos en terrenos donde todavía están poblados por dichos ejemplares,
conocen palmo a palmo sus hábitats o lugares por donde se mueven. Por tanto, a
la menor alteración de los componentes de un determinado lugar, recelarán y sus
movimientos, si es que los llevan a cabo y no se marchan antes sin dar la cara
al reclamo, serán con muchísima precaución y gran desconfianza.
Además, ni que decir tiene que cuando haya sol, éste siempre debe estar a nuestra espalda para evitar los reflejos del mismo, aunque, a veces, también los haya. Ahora bien, si ello fuera imposible debido a la vegetación del lugar u otra circunstancia, lo correcto sería que, tanto para mañana como para tarde, el repostero se colocara al norte y el aguardo al sur, situación que cada día lo suelo llevar a cabo con más asiduidad. Con ello, evitaremos que nuestro astro rey nos incida de frente y, por consiguiente, pasaríamos más desapercibido en el colgadero.
Para finalizar, no se puede dejar al lado que todo lo que pensemos y hagamos a la hora de nuestra actuación con las patirrojas, como ya se ha referido en multitud de ocasiones en este blog, no es matemático. Tan es así que, como he podido comprobar personalmente -y en más de una ocasión-, con un pulpitillo colocado en un descampado, puede entrar un macho, una hembra o los dos como auténticos reactores sin reparar en nada y, por el contrario, colocando nuestro matojo al amparo del monte, como creo que debe hacerse, puede que las patirrojas que se acercan ante las llamadas del reclamo, ni den la cara en plaza porque intuyen que allí hay algo raro.
Si señor, así debe ser. Cuanto más natural esté el pulpitillo mejor. He visto algunos que parecen auténticas hornacinas, amén de recortar vegetación adyacente, y evidentemente si lo notamos nosotros, las camperas más.
ResponderEliminarEfectivamente cuanto mas natural mejor,que no se note nuestra presencia y farolillo y aguardo como si no hubiera pasado nadie, creo que el sentido comun es clave en estos menesteres,poneros en lugar de las perdices,algo alterado aqui pasa algo,PELIGRO.Saludos de Tomeu desde MALLORCA,y sabes J.A, que me debes una cita con un buen plato de FRIT.
ResponderEliminarCá uno es cá uno y cada cual tiene su cada qué. Paco Giraldo.
ResponderEliminarCuando se caza perdiz autóctona, mientras menos se toque el entorno , mejor que mejor, en estos terrenos tan tupidos nos encontramos a veces, con esos atranques que tanto a nuestro reclamo como a nosotros, nos sacan de quicio.
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ResponderEliminarB tardes.
ResponderEliminarRecordar que el tema del artículo es, según mi opinión, primero tanto y luego tollo.
Aun así, gracias por entrar. luego se contestará detenidamente.
Saludos
B noches.
ResponderEliminarEn el campo, incluso con perdiz de repoblación, mientras menos toquemos el tiradero, mejor que mejor. Creo que en ello todo estamos de acuerdo, aunque como dice Paco caun, caun.
El artículo, independientemente del puesto: fijo -monte o piedra- o con el portátil, lo enfoco en lo que respecta al sol, no a días sin él, como algo que antes de meternos en el esperil, como se conoce por algunas zonas al puesto, debemos no tenerlo, si se puede, de frente, sino atrás o de lado. Es más, en los puestos fijos, aunque habitualmente ya no suelo usarlos, quiero recordar que los había de tarde y mañana, para evitar los reflejos de sol.
Lo que sí está claro es que en los parajes que conozco, porque en olivar limpio y tierras de labor/campiña he colgado poco y no puedo hablar, el poner el repostero en un limpio y que nuestras patirrojas tengan que atravesarlo para dialogar con el reclamo no suele tener mucho éxito, excepto en contadas ocasiones, pues el amparo de la maleza es fundamental para la perdiz si quitamos las horas punta: anochecer y amanecer.
En fin, esto es dar una opinión personal, la catedra siempre ha estado para los Institutos y Universidades. Eso sí, exponer lo que se hace nunca está de más.
Por supuesto esta opinión personal bajo ningún concepto quiere deslegitimar a quien da el puesto en zonas de monte y pone el pulpitillo en zonas sin vegetación, pues seguro que sus razones tendrá y, además, muy respetables.
Saludos.
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ResponderEliminarBuenasssss.
ResponderEliminarSiempre es positivo ver de otra forma y exponer otras maneras de actuar, pues nadie lo sabe todo, ni ha dado el puesto en todos sitios.
Cuando hablamos lo hacemos de lo que conocemos o nos han enseñado, aunque muchas veces podemos estar equivocados.
Es tan amplio el tema que se pueden hacer tropecientos comentarios y quedaría incompleto, pues simepre hjy algo más.
De todas formas, el principio y base del artículo lo tengo claro. Primero situar el matojo, luego el aguardo, si es que vamos con portátil.
Saludos.
Correcto, hay que estudiar primero y situar después, pero no en cualquier sitio.
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ResponderEliminarEn este caso creo que sí afecta y, aun pudiendo estar el título equivocado, el artículo, en general, trata dos temas básicos en los cuales me reitero: primero pulpitillo, pero… (segundo tema) no en cualquier lugar, sino en zona con vegetación. De hecho estos dos extractos recogidos en el mismo lo aclaran.
ResponderEliminar…” es de vital importancia que, una vez llegado al colgadero, el pajaritero tenga bien claro si es conveniente levantar primero el tanto o matojo o, por el contrario, proceder, justamente, al contrario, situar en primer lugar el aguardo o tollo”…
…”De esta manera y partiendo de la base que éste debemos ubicarlo muy cercano a manchones de monte o, si es posible, en el mismo borde de él, para que nuestras montaraces entren al reclamo con cierta seguridad y presteza”…
Y en cuanto al reclamo, y lo trataré en el próximo escrito, ni son máquinas, ni todoterrenos.
Para finalizar, añadir que lo importante es el saber en donde dar el puesto y cómo ponernos como decía D. Gerardo Fraile en el capit. 2º de su obra “De la caza de la perdiz con reclamo” publicada en 1905:
…”La elección del sitio de emplazamiento del puesto es tan importante que puede lograr que un cazador inteligente y conocedor del terreno, con pájaro mediano, matar más perdices que otro inexperto con buen reclamo”…
Saludos.