martes, 30 de noviembre de 2010

SE “MARCHÓ” UN JAULERO DE SENTIMIENTO Y UNA FENOMENAL PERSONA: ALEJANDRO ÁVILA.


Sirvan estas humildes líneas de quien suscribe, como homenaje a un compañero de afición y amigo que nos abandonó en el día de ayer.

¡Qué injusto es el destino la mayoría de las veces!

¡Qué palos nos da cuando menos lo esperamos!

¡Cómo de un plumazo se lleva por delante las ilusiones de unos y hunde en la tristeza a los corazones de otros!

Como se suele decir en estos casos buscando la comprensión y el consuelo: “habrá que tomar estos hechos con resignación y fe cristiana”. Pero..., habría que añadir de camino: ¡qué injusta es la vida!

Mi buen amigo Alejandro..., te has ido como viviste toda la vida: sin hacer ruido y sin molestar a nadie, ni a tu familia siquiera. Y lo peor es que eras todavía bastante joven.

Viviste por y para el reclamo y, aunque no llegaste a comprender muchas cosas de la afición, la ilusión y las ganas que siempre le pusiste, superaron con creces los desconocimientos. Seguro que ningún reclamo, de los muchos que tuviste, habrá tenido o tendrá palabras de desagradecimiento hacía tu persona, sino todo lo contrario. Nunca les faltó de nada en ningun momento. Lo que les gustaba, lo tenían independientemente de la época. Seguro que todos tus “chismes” nunca dejaron de estar como el primer día. Seguro que soñaste miles de veces con puestos de diez. Seguro que...

Dejas atrás a tus pájaros, a tus escopetas, a tus “cachivaches“ y hasta pagada la cuota de este año en tu coto. Pero también dejas atrás, muchos amigos y compañeros de “fatigas” y, entre ellos, tus “colegas” de siempre: Vicente y Jerónimo Lluch. Ellos sí que te echarán de menos. Te enseñaron casi todo lo que supiste sobre el reclamo, pero tú les enseñaste lo que significaba la amistad y el compañerismo, la sinceridad y la lealtad.

Puedes irte tranquilo, porque en tus parámetros, no existía la arrogancia, ni el orgullo, ni la maldad..., sino todo lo contrario: la sencillez, la humildad, la bondad... Ese será tu gran legado

Amigo Alejandro.., que allá donde vayas, encuentres lo que siempre buscaste: paz e ilusión.

¡Qué des muchos puestos de alba, como así fue tu despedida!

¡Hasta siempre Alejandro!

9 comentarios:

  1. Asi es la vida siempre se van los buenos , los menos buenos y quisquillosos son los últimos,pero bueno al fin y al cabo todos tenemos un final lo bonito es recordarlos con cariño como es este caso.

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  2. En primer lugar José A., te doy mi más sentido pésame por la muerte de tu amigo, así como la hagas extensiva para toda su família. Con lo que has expresado sobre él me doy cuenta de lo que lo apreciabas, sólo los buenos amigos son capaces de expresar así sus sentimientos. Un abrazo apretao.Manolo.

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  3. Siempre se van los buenos, los quisquillosos siempre quedan para no se qué pero al final todos nos vamos , las buenas personas las recordamos con cariño como en este caso de alejandro que Dios lo tenga junto a el y nos guarde un lado.

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  4. José Antonio:
    Te agradezco en mi nombre, y creo representar a toda mi familia, las palabras tan sentidas que has dedicado a mi hermano.
    Lo conocías y él te apreciaba.
    Se nos ha ido, 'como del rayo', tal como dijo el poeta, sin darnos tiempo a despedirnos, sin decirle un 'hasta pronto'. Y nos ha cogido en mal momento, cuando teníamos aún una brecha abierta en el corazón por la muerte de nuestro padre. Tardará mucho en cerrarse. Ahora estarán juntos los dos, ahí arriba, donde queremos llegar cuando nos llegue la hora, pero una hora que esperamos sea más tardía, no tan al alba y sin avisar como ha sido con Alejandro.
    Efectivamente humilde, sencillo, bondadoso, son adjetivos que lo definen bien. Por eso estará ahí en nuestro recuerdo por siempre. Permanecerán en nuestra memoria sus narraciones de mañanas de espera, de ilusión ante un pájaro que quizás se le fue para esperarlo en el cielo.
    De nuevo, muchas gracias por tus palabras.
    Juan Carlos.-

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  5. Estimado Juan Carlos.

    Desde este mi rincón particular, sólo me queda transmitirte -a tu madre ya se lo dijimos ayer, tanto mi madre como yo, tras dejar pasar unos días-, que hemos sentido hondamente tan irreparable pérdida.

    En cuanto a mis palabras, era lo mínimo que podía hacer, ante la imposiblidad de asistir al funeral, en homenaje a quien estimaba bastante.

    Sólo decirte y deciros que deseo profundamente que el ánimo y la paz, no os abandone en tan delicados momentos.

    Un fortísimo abrazo.

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  6. José Antonio:
    Muy buenas, soy Jaime, sobrino de Alejandro, y quiero agradecerte que te hayas acordado de mi tío con tanto cariño, me alegra saber que aunque se nos haya ido tan de repente y dejandonos con tanto dolor tiene amigos que honran su memoria, de verdad gracias por acordarte de él.
    Seguro que desde el cielo estará leyendo tus palabras y lo llenarán de alegría.
    Ale te mando un fuerte beso y dale otro a mi abuelo que me habéis dejado un poco sólo en muy poco tiempo, siempre os llevaré en mi corazón y en mis oraciones.

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  7. Amigo José Antonio:

    Como hermano de Alejandro, me siento orgulloso de las palabras tan lindas que le estáis dedicando. Es cierto que se marchó sin hacer ruido, pero en lo más profundo de nuestros corazones ha dejado un dolor que, el paso del tiempo, no podrá mitigar. Muchas gracias por todo, y espero poder darte un fuerte abrazo muy pronto.

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  8. Amigo José Antonio:

    Soy Manolo Guerra. Sólo quiero expresarte mi gratitud por los sentimientos tan hermosos que tus palabras nos han hecho llegar y la profunda emoción con que has inundado nuestro corazón, herido por la pérdida de nuestro hermano Alejandro.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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  9. Creo que es unánime el pesar de todos los que has sentado en esta mesa a compartir un sentimiento común, y es de agradecer. Alejandro ensalzó la sencillez como el mejor de los valores de la persona. Esa humildad es la que lo caracterizó, y en mis encuentros con él pude comprobarlo. Gracias por tu sentida despedida.

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