Antes de empezar con el tema que nos trae hoy, canto/calidad, tengo que decir que la otoñada que, por estos pagos, Huelva, comenzó con aguas tempranas y salida de la hierba, empieza a dar un giro de 360º porque hace ya casi un mes que no cae una gota. Tal circunstancia, unida a las altas temperaturas que estamos sufriendo, hacen que el campo empiece a tomar tintes no muy halagüeños, pues agricultura y ganadería comienzan a resentirse con el panorama que hay, máxime, por las pocas previsiones de lluvia a corto y medio plazo que se manejan. Y por supuesto, si las lluvias tempranas ayudaron a que nuestras perdices se enverdinaran, ahoran sufren un parón de lo más grande.
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En ocasiones, llegan a
nuestras manos aspirantes a pájaros de jaula que son cantarines por naturaleza.
Es decir, tanto en casa, como una vez puestos en el repostero, suelen dar
verdaderos recitales con los más variados sonidos o tipos de cantos que posee nuestra
querida perdiz roja española. De esta manera, hay reclamos que pueden estar
cantando sin parar todo el tiempo que permanecen atalayados en el colgadero.
Sin embargo, tal circunstancia no es sinónima de que las montesinas de la zona
entren en la plaza o tiradero. Consecuentemente, pueden salir de la garganta o
siringe de un pájaro perdiz, cantos de mayor, curicheos y piñones… durante
horas y no halle respuesta de las patirrojas del entorno. Ojo, que también es de justicia el puntualizar que reclamos muy cantarines no tienen porqué ser malos.
Hecha la introducción,
tengo que decir que, frecuentemente, se puede escuchar por boca de muchos
pajariteros la conocida cantinela de que su reclamo ha estado cantando dos
horas y que el campo ha estado mudo o muy malo y, por consiguiente, no ha
entrado en plaza, situación que, más de una vez, suele ocurrir. Pero, también
es incuestionable que muchos de estos reclamos,
machacones por naturaleza, no poseen encanto en su sinfonía para atraer a la
montesinas. De ahí que, tras un buen tiempo musicando sin parar en el matojo,
haya que dar por finalizado el puesto sin haber tirado y, menos aún, sin haber
tenido perdices en la inmediaciones del colgadero.
Por lo tanto, ante esta
situación que, desgraciadamente, se suele producir con bastante frecuencia, lo
que se debe hacer desde el punto de vista del aficionado al reclamo es una
reflexión del porqué de tal peculiaridad, máxime, cuando en no pocas ocasiones
hemos cambiado de perdigacho y, nada más colocarlo en el farolillo, tiene a las
camperas en la plaza.
Es obvio que si no hay
canto, aunque en la peculiaridad y magia del reclamo caben todas las particularidades
y rarezas, no haya nada que hacer en el puesto. Pero, también se debe entender como
cuestión irrefutable que si un pájaro da un gran recital musical y nadie se
acerca, algo debe ocurrir. Y ese algo no es otro que la sinfonía del reclamo de
turno no les dice nada a las patirrojas del entorno.
Y no le dice nada, por
mucho que machaquen, porque a su canto le falta la gracia y el encanto necesario para atraer a las camperas. No
es cantar, sino tener tirón en el mismo y eso es ya otra historia que muchas
veces pasamos por alto, quizás para no reconocer la poca valía de un
determinado pájaro de jaula.
En resumidas cuentas, en la caza del perdigón el medio para conseguir el fin no es horas y horas de concierto musical, sino calidad y hechizo en el mismo, aunque también es verdad que un pájaro trabajador en el colgadero tiene mucho ganado, pero si no sabe llegar a quien lo escucha no conseguirá el objetivo que se propone. Luego, ni que decir tiene que, llegado el momento, ese canto, marcando los tiempos lo debe combinar con determinados gestos corporales que no espanten más que atraigan, pero tengo claro que lo primero que debe acompañar a un pájaro perdiz es un canto atractivo y pegadizo que haga que sus hermanos salvajes se sientan seducidos por el mismo y entren en plaza a “dialogar” con él, pues ahí está la “madre del cordero”: el pájaro que sirve es el que, con más o menos trabajo, mete en el tiradero a las perdices de la zona.
ooo 0 ooo
PD. Aunque en esto del reclamo todo está bien o mal, según se vea, no me trago la fácil canción de quien afirma con total seguridad que tiene en su jaulero seis u ocho máquinas. Puede ser que en casa lo sean, de los cantarines y de sinfonía constante, pero... que sean capaces de meter en plaza, tiradero, rasa... a quien está por los alrededores... cuando están en el repostero, yo, respetuoso al máximo, por ahí no entro. Y no entro, porque con todo mis respetos, lo considero una auténtica Trola.
Así es José Antonio, hay pájaros que cantan mucho pero no dicen nada y otros como yo digo entablan conversación. Estos con mucho menos traen perdices a la plaza.
ResponderEliminarYo tampoco me trago del que dice tengo no sé cuántos pájaros buenos,hombre que mala suerte tengo yo que con casi 60 años y con casi 40 de jaulero todavía no he tenido ningun.
Saludos.
José Romero
Bonita foto,con los eucaliptos al fondo.
ResponderEliminarPor lo demás, tan acertado como siempre .
Ya se acerca " to santos"
Un abrazo.
Manuel Somoza
Nada más ver el enlace, ya te podría decir que comparto esa opinión. No es lo mismo cantar que comunicarse e interactuar con el campo.
ResponderEliminarSaludos
José Ig. Perez
Yo considero José Antonio que convencer a las campesinas no radica en el buen canto de éste o aquel reclamo sino en la capacidad que tengan de interpelar los estado de ánimo de sus congéneres, en tener la habiliadad de desestabilizar su temple, en transformar la infiferencia en arrojo hacia la plaza.
ResponderEliminarSaludos.
Miguel Bulnes.
Así es, José Antonio. Hay pájaros que se desganitan cantando y no tienen premio, en cambio otros con cuatro reclamadas tienen el par a los pies. Es lo que se llama "miel en el pico".
ResponderEliminarYo tampoco me trago lo del jaulero amplio y que todos sean fuera de serie.
Saludos cordiales.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDon José Antonio, yo a esos reclamos que cantan, ligan canto, no paran ni escuchan los catalogo de magnetofonos.
ResponderEliminarSe podrían intercambiar y se conseguiría el mismo éxito e
idéntico resultado.
Saludos.
Julio Gudiel
Antes que nada, recordar que desde ANÓNIMO, sin nombre no publico comentarios. Lo he dicho infinidad de veces.
ResponderEliminarY hay algunos en el artículo actual.
ResponderEliminarEl reclamo bueno no va al campo a un recital de canto, sino a cazar y precisamente aquellos que se adornan de esta cualidad nos obsequian con sus magistrales trabajos en el pulpitillo.
ResponderEliminarDebe existir ese diálogo efectivo con las camperas si queremos obtener cierto éxito en su acercamiento.
Un saludo amigos.
Manuel Romero Perea
Buenas tardes Jose A.
ResponderEliminarMe congratulo con tu versión. Mi Padre decía hay pájaros que cantan y pájaros llaman. Pero mas se le puede sacar a un cantarin que a un mudo. Porque al cantarin si le tiras un buen campero, todo puede cambiar. Lo digo por mi propia experiencia. Para mi, nadie sabe, los pajaros que saben llamar.
Saludos.
Tomás Gómez Estropel
Bueno, poco me queda que decir después del artículo, ya vds. os habéis encargado de ello.
ResponderEliminarAquí, en esto del reclamo, aunque es un redicho, cada uno lo ve de una manera, aunque hay situaciones y situaciones.
Reclamos y pajariteros es una pareja de ases en donde se cimenta nuestra afición, que nunca es matemática, aunque cada uno debe saber qué hacer en cada momento, aunque la soledad del cazadero no sea fácil para muchos.
Saludos.
Eso sí, como siempre, mi máximo agradecimiento por participar. Pues, aun no teniendo las cosas claras, de todo el mundo se saca algo positivo.
ResponderEliminarCuando un compañero de caza volvía del puesto sin haber tirado, diciendo que su pájaro había cantado, un viejo y buen aficionado, le contestaba a veces diciéndole: ¡Bueno, bueno, también canto yo cuando me afeito y de eso a cómo lo hace Plácido Domingo hay mucha diferencia!.
ResponderEliminarComo siempre gracias por participar y que creo que la primera vez, al menos con ese enlace.
ResponderEliminarPor supuesto, solo decir que un Plácido Domingo no esta al alcance de todos.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl utilizar Placido Domingo es por la calidad del ejemplar, no por su potente voz.
ResponderEliminarQue el silencio mata, por supuesto. Algun reclamo, por no citar nombre, he tenido con calladas casi eternas.
Saludos