Difícil, no, más que
difícil y muy complicada temporada en todos los aspectos. Y aunque al final, veamos
multitud se similitudes en lo que es el fondo de la caza del reclamo con otras
muchas anteriores, ésta que toca a su fin en algunas zona y finiquitada en otras se lleva la palma, pues, los problemas
de contagios/salud y desplazamientos relacionados con la increíble pandemia que
nos está afectando no se puede dejar al lado, debido a que todos, de alguna manera, la hemos padecido y
ahí seguimos. Por tanto, y sin entrar en muchos planteamientos de cómo ha ido
la temporada, en el fondo, ha sido, como un día mi primo
Jerónimo Lluch, publicó en la revista Trofeo Caza: UNA TEMPORADA MÁS,
pues, aunque el desarrollo y transcurrir de este periodo hábil ha sido
distinto, lo importante, cuando estamos en el puesto, ha seguido más o menos parejo. Eso sí, al menos por esta zona de Andalucía, provincia de Huelva, ha
llovido como no lo hacía en muchos años y, como todos bien sabemos, tal
circunstancia para la caza del reclamo
es importantísima.
Y todo ha seguido siendo
igual, porque nuestra modalidad cinegética hace muchos años que ya no es como
era, pues casi todo ha cambiado, aunque vivir de recuerdos no se debe, porque
lo que importa es el hoy y lo que tenemos ahora.
En esta línea, que es la que
hay, porque no hay otra, el campo autóctono, el poquito que queda, está como
está, puesto que, como bien sabemos los que llevamos años en esta afición, la
patirroja de hoy, por más que nos empeñemos, no es ni parecida a la que hace
años poblaba cualquier rincón de nuestra geografía. Puedo estar equivocado porque es una opinión personal,
pero la valentía, la gallardía, la suspicacia, la intuición, la defensa de su territorio…,
características que se les atribuía en otros tiempos a nuestra perdiz roja, en las fechas que
corren, al menos en lo que yo conozco, ya no es para echar horas y horas de
tertulia hablando de estas peculiaridades de nuestra Alectoris rufa.
Pero…, como es lo que hay, con ella hemos tenido que lidiar, como ha sido mi
caso, con muchos reveses, pero también con algunas satisfacciones, pues no se olvide
que perdiz salvaje y perdiz de repoblación, son dos mundos totalmente
diferente.
Pues bien, yo que “trabajo
los dos palos”, tengo que decir que nuestra patirroja de campo, aun no siendo
lo que era, sigue siendo el alma mater del reclamo y, cuidado, he escrito por
activa y por pasiva mi inmenso respeto a la perdiz de repoblación y futuro de la caza del reclamo, pero por más
que queramos, comparar no se puede, debido a que sería como intentar que el jamón
blanco fuera como el “pata negra”.
La perdiz que hoy habita los
pocos rincones de nuestra geografía donde todavía subsiste y que podemos hablar
de ella como de “monte” o autóctona, ante todo, lo primero que hace es poner a
los reclamos en su sitio y, consiguientemente, a muchos de ellos con estadillos
más que cuantiosos de perdices abatidas, los deja a la altura del betún. La
perdiz salvaje es la que da al reclamo la denominación de origen, pues pájaro
punteros o de bandera, vuelvo a repetir, con todos mis respetos, no se pueden
evaluar en terrenos de repoblación, aunque muchas veces haya que descubrirse con muchos de sus ejemplares. Y en esta línea, el que suscribe, ha tenido
que mirar para otro lado con reclamos que habían dado un gran rendimiento en
años anteriores, pero en “plazas de segunda”. Por tanto, en esta temporada que
ya pasa a la historia, después de varias placeando poco autóctono por pura
gestión de finca, ha habido cuantiosas bajas de quienes yo creía que eran más
que “mediascucharas”. De hecho, aunque no tengo que decirlo, porque por todos es
más que sabido, la patirroja montesina es la que aprueba o suspende al reclamo.
Aquí no se trata de gatillo, sino de satisfacción por la grandeza de los
lances, por supuesto, sin estadillos, porque tal circunstancia sería impensable. Y es obvio que, el que no sirve, con este
“ganao”, no da la talla y, a las primeras de cambio, canta la gallina. Consiguientemente,
han sido bajas en mi jaulero reclamos con bastantes pájaros a sus pies, pero
tengo claro que lo que no sirve en donde tiene que servir, para mí está de más.
Por tanto, huelga decir que la selección,
base de un jaulero más o menos en condiciones, no conoce de estampas bonitas o
música celestial, sino de pájaros que dan la talla y meten al campo en la plaza,
no hay otra. Si no es así, como ya ha quedado escrito en este blog, podemos
tener pájaros preciosos con mil recursos de pared, pero más que deficientes
cuando están en la mata. Debido a ello y sin citar nombres de los mismos, hasta
bastante más de la mitad de con los que empecé han pasado de manos o han ido a
parar a una zona preparada para tal fin en un coto de repoblación donde cazo.
Para terminar esta primera
parte dedicada a la perdiz autóctona, solo decir que el reclamo que tiene
madera, proceda de donde proceda, da la talla con la “ganadería” que le toque y desde el primer día.
De hecho, Utrera, alicortado de hace dos temporadas por un vecino que no
es cuquillero y al que se lo adquirí en noviembre y Marchena, pollo del año de una granja granadina que lleva poco tiempo en esto del reclamo -algún día contaré el porqué de dicho nombre, pues es una curiosa historia-, han destacado sobremanera en este primer año en mi jaulero. Esperemos que no tuerzan su rumbo, porque las expectativas
que tengo con ellos son máximas, principalmente en las distancias cortas, que
creo que es donde se ve al reclamo que marca las diferencias. Además, Ronquillo y Fabián, aunque este último se botó una noche y le han quedado secuelas en la intensidad del canto, han continuado en muy buena línea. El resto, hasta nueve, unos marchan y otros han aprobado y tienen buena pinta en todos los momentos del puesto.
Algunas imágenes de la temporada con perdiz de monte o, al menos, de lo que se le supone. En primer lugar, Fabián, Ronquillo y Utrera recibiendo al campo y luego cuatro tomas de otros tantos machos de campo.
Enhorabuena por este primer relato sobre el devenir de la temporada. Siempre es un placer leer tus vivencias y anécdotas de gran aficionado al puesto, que es como se denomina por mi tierra a la caza del reclamo. Esperamos con anhelo ese relato sobre Marchena, "el perdío" Seguro que da mucho juego, en el tanto, y con la pluma... literaria en este caso. Un abrazo.
ResponderEliminarB. Tardes J Miguel.
ResponderEliminarSeguro que hablaremos largo y tendido, del "Perdío", Marchena, pues la historia es más que curiosa.
Eso sí, muchas gracias por participar en este blog como seguidor del mismo y en espera de que algún día quiera entran de lleno con algún articulo, vivencia, anécdota...
Saludos.
Siempre es un placer leer tus escritos . Además de amenos , didácticos.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Estimado amigo que comenta desde Anónimo.
ResponderEliminarAunque le doy las gracias por participar, ya se ha dicho muchas veces, y tendré que dejar de publicar este tipo de comentarios, que es de recibo el poner nombre y apellidos o hacerse seguidor para evitar problemas, Por tanto, ruego que lo haga de estas formas la próxima vez.
Un saludo.