domingo, 14 de marzo de 2021

UNA TEMPORADA MÁS, PERO DIFÍCIL, MUY DIFÍCIL. PRIMERA PARTE

 

Imagen de Ronquillo en un puesto de tarde en La Dehesa

Difícil, no, más que difícil y muy complicada temporada en todos los aspectos. Y aunque al final, veamos multitud se similitudes en lo que es el fondo de la caza del reclamo con otras muchas anteriores, ésta que toca a su fin en algunas zona y finiquitada en otras se lleva la palma, pues, los problemas de contagios/salud y desplazamientos relacionados con la increíble pandemia que nos está afectando no se puede dejar al lado, debido a que todos, de alguna manera, la hemos padecido y ahí seguimos. Por tanto, y sin entrar en muchos planteamientos de cómo ha ido la temporada, en el fondo, ha sido, como un día mi primo Jerónimo Lluch, publicó en la revista Trofeo Caza: UNA TEMPORADA MÁS, pues, aunque el desarrollo y transcurrir de este periodo hábil ha sido distinto, lo importante, cuando estamos en el puesto, ha seguido más o menos parejo. Eso sí, al menos por esta zona de Andalucía, provincia de Huelva, ha llovido como no lo hacía en muchos años y, como todos bien sabemos, tal circunstancia para  la caza del reclamo es importantísima.


Y todo ha seguido siendo igual, porque nuestra modalidad cinegética hace muchos años que ya no es como era, pues casi todo ha cambiado, aunque vivir de recuerdos no se debe, porque lo que importa es el hoy y lo que tenemos ahora.


En esta línea, que es la que hay, porque no hay otra, el campo autóctono, el poquito que queda, está como está, puesto que, como bien sabemos los que llevamos años en esta afición, la patirroja de hoy, por más que nos empeñemos, no es ni parecida a la que hace años poblaba cualquier rincón de nuestra geografía. Puedo estar equivocado porque es una opinión personal, pero la valentía, la gallardía, la suspicacia, la intuición, la defensa de su territorio…, características que se les atribuía en otros tiempos a nuestra perdiz roja, en las fechas que corren, al menos en lo que yo conozco, ya no es para echar horas y horas de tertulia hablando de estas peculiaridades de nuestra Alectoris rufa. Pero…, como es lo que hay, con ella hemos tenido que lidiar, como ha sido mi caso, con muchos reveses, pero también con algunas satisfacciones, pues no se olvide que perdiz salvaje y perdiz de repoblación, son dos mundos totalmente diferente.


Pues bien, yo que “trabajo los dos palos”, tengo que decir que nuestra patirroja de campo, aun no siendo lo que era, sigue siendo el alma mater del reclamo y, cuidado, he escrito por activa y por pasiva mi inmenso respeto a la perdiz de repoblación y futuro de la caza del reclamo, pero por más que queramos, comparar no se puede, debido a que sería como intentar que el jamón blanco fuera como el “pata negra”.


La perdiz que hoy habita los pocos rincones de nuestra geografía donde todavía subsiste y que podemos hablar de ella como de “monte” o autóctona, ante todo, lo primero que hace es poner a los reclamos en su sitio y, consiguientemente, a muchos de ellos con estadillos más que cuantiosos de perdices abatidas, los deja a la altura del betún. La perdiz salvaje es la que da al reclamo la denominación de origen, pues pájaro punteros o de bandera, vuelvo a repetir, con todos mis respetos, no se pueden evaluar en terrenos de repoblación, aunque muchas veces haya que descubrirse con muchos de sus ejemplares. Y en esta línea, el que suscribe, ha tenido que mirar para otro lado con reclamos que habían dado un gran rendimiento en años anteriores, pero en “plazas de segunda”. Por tanto, en esta temporada que ya pasa a la historia, después de varias placeando poco autóctono por pura gestión de finca, ha habido cuantiosas bajas de quienes yo creía que eran más que “mediascucharas”. De hecho, aunque no tengo que decirlo, porque por todos es más que sabido, la patirroja montesina es la que aprueba o suspende al reclamo. Aquí no se trata de gatillo, sino de satisfacción por la grandeza de los lances, por supuesto, sin estadillos, porque tal circunstancia sería impensable. Y es obvio que, el que no sirve, con este “ganao”, no da la talla y, a las primeras de cambio, canta la gallina. Consiguientemente, han sido bajas en mi jaulero reclamos con bastantes pájaros a sus pies, pero tengo claro que lo que no sirve en donde tiene que servir, para mí está de más.


Por tanto, huelga decir que la selección, base de un jaulero más o menos en condiciones, no conoce de estampas bonitas o música celestial, sino de pájaros que dan la talla y meten al campo en la plaza, no hay otra. Si no es así, como ya ha quedado escrito en este blog, podemos tener pájaros preciosos con mil recursos de pared, pero más que deficientes cuando están en la mata. Debido a ello y sin citar nombres de los mismos, hasta bastante más de la mitad de con los que empecé han pasado de manos o han ido a parar a una zona preparada para tal fin en un coto de repoblación donde cazo.


Para terminar esta primera parte dedicada a la perdiz autóctona, solo decir que el reclamo que tiene madera, proceda de donde proceda, da la talla con la “ganadería” que le toque y desde el primer día. De hecho, Utrera, alicortado de hace dos temporadas por un vecino que no es cuquillero y al que se lo adquirí en noviembre y Marchena, pollo del año de una granja granadina que lleva poco tiempo en esto del reclamo -algún día contaré el porqué de dicho nombre, pues es una curiosa historia-, han destacado sobremanera en este primer año en mi jaulero. Esperemos que no tuerzan su rumbo, porque las expectativas que tengo con ellos son máximas, principalmente en las distancias cortas, que creo que es donde se ve al reclamo que marca las diferencias. Además, Ronquillo y Fabián, aunque este último se botó una noche y le han quedado secuelas en la intensidad del canto, han continuado en muy buena línea. El resto, hasta nueve, unos marchan y otros han aprobado y tienen buena pinta en todos los momentos del puesto.


Algunas imágenes de la temporada con perdiz de monte o, al menos, de lo que se le supone. En primer lugar, Fabián, Ronquillo y Utrera recibiendo al campo y luego cuatro tomas de otros tantos machos de campo.









4 comentarios:

  1. Enhorabuena por este primer relato sobre el devenir de la temporada. Siempre es un placer leer tus vivencias y anécdotas de gran aficionado al puesto, que es como se denomina por mi tierra a la caza del reclamo. Esperamos con anhelo ese relato sobre Marchena, "el perdío" Seguro que da mucho juego, en el tanto, y con la pluma... literaria en este caso. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. B. Tardes J Miguel.

    Seguro que hablaremos largo y tendido, del "Perdío", Marchena, pues la historia es más que curiosa.

    Eso sí, muchas gracias por participar en este blog como seguidor del mismo y en espera de que algún día quiera entran de lleno con algún articulo, vivencia, anécdota...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Siempre es un placer leer tus escritos . Además de amenos , didácticos.
    Un cariñoso saludo.

    ResponderEliminar
  4. Estimado amigo que comenta desde Anónimo.

    Aunque le doy las gracias por participar, ya se ha dicho muchas veces, y tendré que dejar de publicar este tipo de comentarios, que es de recibo el poner nombre y apellidos o hacerse seguidor para evitar problemas, Por tanto, ruego que lo haga de estas formas la próxima vez.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.