Imagen de Feriante cedida por Paco Giraldo
Hoy, nuevamente, en el apartado de colaboraciones, traigo al blog este artículo, en forma de relato, sobre un reclamo de granja, Feriante, que hace más que feliz a su dueño cada vez que sale al campo.
000 O 000
Fue
en el año 2017 en una mañana de domingo, es decir hace cuatro celos. Después de
irme un rato a mi cerca y tras terminada la tarea de trastear por el pequeño
huerto, pues aún quedaban algunos pimientos de los llamados italianos y alguna
que otra sandia morosa por recolectar, llamé a mi mujer y la dije que si nos
íbamos a Badajoz a la feria de la caza y me contestó con un “vale, estupendo
así comemos por ahí, que hoy no tengo nada preparado”. Así que todo perfecto,
pues mi propósito era ver los perdigones que allí se venden y trasladar uno a
Ihabernando para aumentar la nómina.
Era
el último día de feria y, claro, todo estaría ya muy enmendado, pero al mismo
tiempo más barato, pues las empresas expendedoras ese día descienden los
precios para llevar de vuelta lo menos posible. Eran las doce en punto cuando
aparcábamos en el magnífico parking de IFEBA.
Le
expliqué a mi mujer que nos diéramos prisa, ya que apenas quedan tres horas de
feria y lo mismo ya no había perdigones para adquirir. Justo nada más entrar,
había un pasillo a la derecha dónde se podían ver los expositores de los machos
de perdiz, pero la entrada estaba casi colapsada y, para más inri, me tropecé
con unos cuantos Viveños (Gentilicio de mi pueblo Ibahernando) que son
devotos cada año a la magnífica feria de la caza que tenemos en Extremadura.
Mientras yo compartía un rato de “hablaero” con mis conciudadanos, mi mujer se
fue derecha al expositor de las perdices, bendita la hora que me encontré con
mis paisanos, pues aquello fue como si de una diáspora viveña se tratara, ya
que estaban todos allí, o casi todos.
Inmediatamente, después de despedirme de ellos,
me acerqué a los expositores perdigoneros, donde me espera mi mujer mirando
unas codornices en esos instantes y vi como varios perdigones tenían puesto, en
papel de libreta cuadriculado, vendido, vendido, vendido, por lo que apenas
subsistían un par de ellos por vender y fijé mis ojos en ellos. No juzgaban ni
altaneros, ni con buenas hechuras, más bien eran broncos y desconfiados. Me
critiqué por no haber acudido a la feria el día anterior y así hubiera tenido
más opciones de elegir.
Una
vez pasada la pequeña desazón, por no tener ya donde elegir, le dije a mi mujer:
- Vámonos a ver otras cosas, los dos perdigones que
subsisten no me gustan y, además, quería cómprame un chaleco sin mangas de los
que abrigan.
Pero…,
en esos santiamenes, llegó la sorpresa, ya que mi mujer me dijo:
- Mira ese del medio, le he dicho al chico que le
pusiera el papel de vendido.
Así
que lo miré y me aproximé a él, y la historia es que me gustó, pues ni se
movió, ni saltó, ni hizo aspavientos. Es más, él también me miró a mí. Fue un
flechazo, bueno, fueron dos flechazos, el primero lo tuvo con Toñi.
De
regreso a casa, con el perdigón metido en el transportín, el asiento trasero,
le investigué a Toñi, qué cómo y porqué había elegido aquel macho. Me contestó
que le había metido los dedos por los alambres del expositor y que no paraba de
picárselos. Zanjamos ponerle de nombre Feriante ya que había sido
adquirido en una feria.
En la temporada 2017/2018, le maté catorce perdices. La siguiente, la 2018/2019, fueron treinta. La pasada 2109 /2020, sesenta y seis y, por último, en lo que va de ésta, ya ha participado en 21 responsos. No es cuestión de gatillo, pero las faenas y lo vivido con Feriante no tienen palabras. Aunque eso es otra historia que, si cuento con el asentimiento del administrador de este blog, contaré próximamente.
Francisco Giraldo Sánchez.
Pues ENHORABUENA, son cosas q solo pasan una vez
ResponderEliminarEstimado seguidor del blog.
ResponderEliminarLe recuerdo, y no es la primera vez, que, para comentar, es imprescindible el dejar constancia de quien lo hace. Por tanto, ruego encarecidamente, que desde ANÓNIMO, ponga nombre y apellido. Si no así, se volverá a no publicar ningún comentario desde esta posibilidad.
Eso sí, sea quien sea, gracias por participar
Esto de los pajaros es una loteria y por lo que se ve a tí te ha tocado, a disfrutarlo y enhorabuena.
ResponderEliminarComo siempre agradecer a Paco Giraldo el artículo y a los que participan con sus comentarios.
ResponderEliminarMi opinión sobre el tema la he dado muchas veces: opino que el buen pájaro llega a nuestras manos, si lega, cuando menos lo esperamos y del lugar más insospechados. Por ello, no se le pueden hacer ascos a perdigones que quedan después de estar todo más que escogidos, como es el caso o, en su momento, fue el de Chimenea, otro gran reclamo.
Saludos.
Dios no existe.
ResponderEliminarO nos ponemos las pilas o el blog al final cerrará sus puertas con este tipo de publicaciones.
Por un lado de tipo religioso y por otro lado de tipo carnicero donde flaco favor se le hace a la modalidad y no es nada nuevo.
De seguir así en lo sucesivo abandonare el blog definitivamente.
No me gusta la forma de entender la Caza con Reclamo que tiene este hombre. Antepone la cantidad a la calidad, y aquí no cabe eso.
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