El níscalo, nízcalo, rebullón, pinatel... -Lactarius deliciosus- es una de la setas más conocidas y más buscadas en nuestro país, especialmente en la zona de Cataluña.
Es una especie otoñal, aunque si el invierno no es muy frío también podemos encontrarla al principio del mismo. Crece en los pinares, debajo de la hojarasca y, cuando la temporada tiene aguas tempranas y persistentes y mucho sol, salen por grandes cantidades. Sin embargo, este año, casi con todas las citadas condiciones, por estos lares, se están cogiendo pocos.
Es una seta inconfundible, ya que, su carne de color blanquecino, al corte toma tonalidades color rojo/zanahoria, al igual que el látex que segrega. Luego, a medida que pasa el tiempo, sus láminas, anaranjadas en un principio, suelen adquirir cierta coloración verdosa. El sombrero, de color claro,
presenta, como se ve en las siguientes fotos, un cierto mancheado circular anaranjado
Hay muchas formas de cocinarlos, pero creo que como mejor están es acompañando a las carnes y refritos o a la plancha/brasa con ajo, sal, aceite y perejil. Sólo se utiliza el sombrero, por lo que hay que desechar el pie.
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